Incienso (Plectranthus australis)
Descripción
La planta de Incienso, también conocida como Plectranthus coleoides, requiere ciertos cuidados para su mantenimiento. A continuación, se detallan los cuidados necesarios para el mantenimiento del Incienso:
Riego: El Incienso requiere un riego moderado y que se preste especial atención a que no se produzca encharcamiento, ya que sus raíces son muy sensibles al exceso de agua acumulada y podrían acabar pudriéndose. Se recomienda regar la planta cuando el sustrato esté seco al tacto, aproximadamente una vez por semana.
Iluminación: El Incienso prefiere una ubicación luminosa, pero sin exposición directa al sol. Se recomienda colocarlo cerca de una ventana donde reciba luz indirecta.
Sustrato: El Incienso requiere un sustrato que facilite el drenaje. Es importante que el sustrato no se mantenga húmedo por mucho tiempo, ya que puede provocar pudrición de raíces.
Fertilización: Se puede fertilizar el Incienso con un fertilizante líquido para plantas verdes, aproximadamente una vez cada dos semanas durante la primavera y el verano. Es importante seguir las instrucciones del fabricante para evitar sobrefertilización.
Poda: Siempre que se detecten hojas o florecillas marchitas en el Incienso, se deben retirar, sobre todo a finales del invierno para que, con la llegada de la primavera, se renueve y crezca con más vitalidad.
Plagas y enfermedades: Es importante conocer las posibles plagas y enfermedades que pueden atacar al Incienso, así como saber cómo prevenirlas y tratarlas en caso de que aparezcan.
En resumen, el Incienso es una planta de interior que requiere un riego moderado, una ubicación luminosa pero sin sol directo, un sustrato bien drenado, y una fertilización y poda según sea necesario. Además, se debe estar atento a posibles plagas y enfermedades.